Hacía tiempo que no desayunábamos en el blog. Ni siquiera el desayuno, si miras las últimas entradas, podrías pensar que no comemos nada más que productos de pastelería. Así que voy a enmendar la plana de inmediato y compartir una receta de tortilla sencilla pero original. El toque está en la salsa pesto. Cuando se calienta, la albahaca se abre y desprende un sabor y un aroma especiales. Y, cuando se combina con tomates fritos calientes, suaves y ligeramente dulces, este plato se convierte generalmente en una bomba de sabor.
Yo tengo una salsa pesto comprada en la tienda, pero por supuesto puedes tomarte la molestia de hacerla tú mismo. No lo hice. Comemos mucha salsa pesto, así que me resulta más fácil comprar un tarro pequeño que hacer uno fresco con regularidad.
Ingredientes:
Huevo – 3 piezas.
Aceite de oliva – 3 cucharadas.
Tomates cherry – 250 g.
Salsa pesto – 2-3 cucharadas.
Sal – al gusto
Preparación:
- Calentar una sartén con aceite de oliva a fuego lento.
- Cortar los tomates cherry lavados y secos en 4 cuñas.
- Añádelas a la sartén caliente y fríelas hasta que estén blandas y no se peguen. (No te olvides de removerlos aquí y allá).
- Mientras se asan los tomates, en un bol aparte, batir ligeramente los huevos. No demasiado duro, sólo lo suficiente para que la yema se combine con la clara.
- Cuando los tomates estén fritos, pásalos a un plato y vierte los huevos en la sartén, repartiendo el líquido uniformemente. Cubrir con una tapa. No tengas miedo de que no queden muchas marcas de chamuscado en la sartén, le darán a la tortilla un sabor ahumado.
- Cuando la tortilla esté totalmente cuajada, extender la salsa de pesto sobre ½ superficie y repartirla uniformemente.
- Colocar los tomates encima y cubrir con la ½ de la tortilla restante.
- Retirar de la sartén, cortar en 2 porciones y servir.
Buen provecho.